miércoles, 11 de mayo de 2022


 

De pie o arrodillado 


Cuando un bebé aprende a gatear se le abre un mundo nuevo y la exploración cercana se le hace accesible, tentadora. Más tarde aprenderá a caminar y ya jamás volverá a gatear o no encontrará motivación para arrastrarse. Imagina lo que ocurre cuando aquel bebé ya es capaz de correr, saltar y brincar… La paradoja es ¿Por qué hay gente madura que prefiere vivir arrastrándose, sometidos?

No hay comentarios: