domingo, 3 de julio de 2022

©Jorge Arévalo

 

El periodista y el mercenario

 

Sí, hablamos de lo mismo, de los mismos. De quienes se sacuden el hábito al tiempo que espantan las moscas. Y también hablamos de esos, de los que consumen televisión y su propaganda a toneladas sin distinguir evasión de información y lo que es peor: manipulación. Ahí los tiene usted, excelencia, apoltronados ante el púlpito de plasma, confortados en la palabra divina que exhorta al fascinante predicador del Santo Evangelio: Jakim Boor. Cómete el cuerpo de Cristo, bébete su sangre —Dice otro acólito encendido antes de dar paso a la publicidad—.

Pero aquí seguimos algunos, también hijos de Eva en este Valle de Lágrimas, apurando las últimas gotas de rocío como curianitos en la pradera fabulosa de García Lorca, acaso enamorados de una mariposa maléfica.

Menos

la Historia y la morcilla de mi tierra:

se hacen las dos con sangre, se repiten. 

Ángel González

 
 

No hay comentarios: