lunes, 23 de mayo de 2022


 

Error sucesorio

 

El error es de Moncloa si ha pensado que el emérito pediría nuevamente perdón, esta vez por causa diferente a la de los elefantes.

El error consiste en que se ha sustituido un rey por otro sin que el viejo hubiese cascado, como es costumbre bien antigua. Ese es el error. La sucesión tradicional entre reyes, generalmente, viene dada porque uno cae (muerte natural o asesinado) y otro sube. Simultanear dos reyes como el que colecciona sellos es mala cosa con riesgo de rellenar un álbum. Si ya es deprimente vivir el ocaso de un rey, ponte en qué, además, convives con el auge de otro sin solución de continuidad. Absurdo como barrer el corral de las gallinas en día de polvaredas.

Pero todavía lo pone el Gobierno más difícil, acaso imposible, porque las secuelas del advenimiento a España del emérito perdurarán en las crónicas, y las declaraciones públicas de unos y otros son demoledoras. Aspecto este que se podían haber ahorrado tras la falta de vocación sucesoria o indignidad del ascendido. Y yo pregunto ¿Qué necesidad tenía el rey exiliado de volver para nada? Seguramente la de chulearse abiertamente. ¿Acaso no es mejor que ya que se fue, con el rabo entre las patas, se quedase allí donde le cuiden y no marear la perdiz? Difícilmente voy a creerme que la decisión de traer el despojo ha sido de Zarzuela, no me lo creo. A la vista está que los lamebotas que pelotean habitualmente a la Casa Real ya hablan de error y noramala, tal y como vaticinaba la parte contraria/minoritaria del Gobierno. Mejor hubiera sido llevar El Bribón (el bote) navegando hasta Oriente, cargarle de provisiones y dejarle en alta mar junto a una baliza encendida frente a las costas de Somalia, mismamente.

¿Y de la expulsión de la Orden de la Jarretera, qué se sabe…?

Pronto en las mejores salas.

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