jueves, 26 de agosto de 2021


 

David y Goliat

 

Nos cuenta la Biblia (Samuel, 17) de un episodio extraordinario que sucedió en “la noche de los tiempos” en las que un paladín magnífico en envergadura y armamento llamado Goliat, desafió a Israel en un alarde de osadía y temeridad tan notorio, suficientemente, para ser reflejado en ese Libro que es guía y norte para algunas religiones monoteístas que aún perseveran en el mundo occidental en pleno siglo XXI.

Bien conocido es ese caso referido en que David, provisto de una onda con la que lanzaba bodoques, acertó a derribar a Goliat de un cantazo dándole la vuelta a la historia; siendo este acontecimiento como molde para compararse en cada ocasión en que el contendiente más vulnerable supera al más eficiente y preparado. Ya hay quienes lo tildan de “Milagroso”.

La Alianza Occidental con USA a la cabeza y la OTAN como escudo, ha tenido que salir pitando de Afganistán con el rabo entre las piernas reconociéndose vencida y hasta cierto punto ultrajada, algunos aseguran que humillada. «David vuelve a vencer a Goliat».

Ahora, mientras las tropas invasoras vencidas se retiran del campo de batalla, los temibles Talibanes recuperan el poder veinte años después de haber sido “aplastados” por la cruzada ignominiosa contra el Terrorismo y el islam pendenciero. Habrá que tener en cuenta esta lección cuyos matices, que son numerosos, apuntan a perversiones conspirativas de todo tipo desde el origen de las causas (2001) hasta el final y sus desenlaces (2021). No deberían, las generaciones que nos sucedan, olvidar echando en saco roto la experiencia que supone ver caer otro imperio tan poderoso y fatídico que despreció numerosas veces el derecho que cada pueblo tiene de ser libre para elegir su camino así sea tan retorcido y fanático como sus individuos desean o se toleren. La lista de regiones en el mundo que han sufrido la paranoia intervencionista de USA es colosal siendo fatídica: colocando caudillos, derribando sátrapas, socavando regímenes, asesinando, pervirtiendo, corrompiendo, y siempre en pos de intereses capitalistas que tienen que ver con los negocios del petróleo, la venta de armamento, las drogas y el control geopolítico de los recursos y las materias primas.

También es aconsejable, para quienes mantienen vínculos fervorosos religiosos de cualquier creencia, que reconozcan cuánto de dañino para la humanidad tiene el fanatismo hasta concluir que es y ha sido siempre motivo de enfrentamientos y luchas por el apego a cualquiera de los dioses inscritos en el catálogo de divinidades objeto de adoración. Y han sido tantos y tan variopintos estos dioses a lo largo de la historia y prehistoria, que resulta cínico observar cómo todavía quedan “corderos” sumisos a los que pastorear adoctrinando tras la estela de un dios ausente. Para ésta pluma que escribe es motivo de asombro.

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