La pícara Justina
Mal vas ¾ El circo de la Monarquía
La literatura está repleta de ejemplos que traer a la memoria cuando las cosas pican torcidas y las monarquías, del mismo modo que la plebe, se ven reflejadas entre los renglones de quienes escriben holgado, aunque su pluma solo tenga un pelo. Es el caso que hoy dejo en señal y guía… (La pícara Justina, de Francisco López de Úbeda. Fragmento)
Cuento a
propósito
que los pelos hablan.
La prudentísima reina doña Isabel, prez y honor de los dos reinos, queriendo
persuadir al rey don Fernando que cierta derrota y jornada que intentaba era
tan contra su gusto, cuan contra el buen acierto, volvió los ojos a unas malvas
que estaban en el camino y, mirándolas, le dijo:
Pregunta de la reina
doña Isabel.
—Señor, si el camino donde están malvas, y no otra cosa, nos hubiera de hablar
en esta ocasión a vos y a mí, ¿de qué tratara?
Respondió el Rey:
—Vos lo diréis, señora.
Entonces dijo la Reina:
—Claro es que el camino donde solas las malvas sirvieran de lengua no supieran,
en esta ocasión, decirnos a mí ni a vos otra cosa, sino Mal vas.
Volvió la rienda el
prudentísimo monarca, y, sonriéndose, dijo a su Isabela:
—No entendí que las malvas sabían hablar tan a propósito y tan bien.
La Reina, echando el
sello a su prudentísimo discurso y catecismo, dijo:
Los hechos de los reyes las piedras los pregonan.
Cuento a
propósito y una fábula.
—No os espantéis, señor, de que las malvas hablen tan bien, porque los yerros
de los reyes, como son personas tan públicas y comunes, por secretos que sean,
las piedras los murmuran y las malvas los pregonan.
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