sábado, 28 de agosto de 2010

No hay palabras



No hay palabras, el mimo Tuga se basta y se sobra a través de gestos y un silbato que suena a ritmo de la acción. El escenario no precisa de decoración accesoria, nada es ajeno al espectáculo. Y, por supuesto, el público agradece la espontaneidad y la magia de la improvisación. Vestido con un mono de mecánico, así parece, Rodolfo Meneses encandila a su audiencia con genialidad y originalidad; arrastra autobuses, obstaculiza repetidamente a los avispados taxistas, remolca con fuerza sublime a camiones y furgonetas de reparto, observa tras el imaginario escaparate de cristal, caracteriza un perro que pasea junto a su dueña… en fin, un gran espectáculo sin palabras y por la cara en plena Plaza del Sol. Pero el Alcalde está en la parra y manda a sus esbirros de Montera a que toquen los güe… ¡¿Qué estoy diciendo?! ¡Ah, sí! El mimo Tuga, él es la figura que importa. Felicidades Rodolfo, me has encantado.

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