A saco

Que sencillo ¡y qué ágil!, teatro limpio, ameno, natural. “A saco” es como la vida misma vista desde un perfil cómico. Hay quién lo trata de “thriller” pero no le hagan caso. El TEATRO ARENAL muy coqueto y agradable; no molan las filas de butacas desde la 12 en adelante.
En esta adaptación, de la obra del inglés ya fallecido Joe Orton, a cargo de Miguel Hermoso Arnao, observamos una sinopsis tradicional de comedia blanca apoyada en los socorridos elementos de: Un muerto, un facha, un marica, un trepa, un inspector de policía, una arpía y un número de la benemérita. Como se puede comprobar es todo muy inglés (suenan risas de fondo)… Resulta que la muerta (Dña. Isabelita), que es la mujer del facha (Don Gonzalo), era republicana izquierdista redomada. El hijo de ambos, qué remedio, es homosexual hasta los pelos, pero de esos homosexuales que chorrean a borbotones y se llama Emilito. Dani es el trepa/enterrador, que está liado simultáneamente con Emilito y con Pati, esta última es la arpía que disfrazada de enfermera manda al otro barrio a las viejecitas con fortuna para medrar luego con el dinero de estas; se le atribuyen varios casos ya. Por otro lado tenemos al funcionario de policía, adivinen el nombre… pues sí, ¡han acertado!: Peláez, muy apropiado nombre para un inspector, no me lo negarán. Y por último presentar a Garzón… No, no se trata del juez espectáculo, aunque no tardará en aparecer en algún escenario, si no como actor, al menos sí como personaje de él.
Pues resulta que Isabelita se muere, o mejor dicho la matan… Bueno, mejor no sigo que la cosa está en ir y verlo.
He pasado un rato muy entretenido con esta obra. He reído y he sonreído, esto último más que lo primero. Pero sin duda merece la pena. El cuadro de actores muy bueno, sobre todo Ángel Jodrá que es el gordo de la silla de ruedas.
En el patio de butacas numerosas caras conocidas, casi famosas.