Pacto de estado es una comedia surrealista cargada de cinismo, ironía y extravagancia. A través de gags, el argumento pretende y a veces consigue, llegar a la hilaridad del público. Decir primeramente que la carga mímica de los actores es la que realmente consigue despertar la risa, mucho más que el argumento. Apoyándose claramente en los prejuicios morales de la sociedad española contemporánea, hace tabla rasa con las dos tendencias mayoritarias en la alternancia del poder: por un lado la derecha del PP y por otro el gobierno actual socialista. Si al coctel bipartidista le añadimos un adobado de la Conferencia Episcopal, el entramado puede llegar a ser muy recurrente, como es el caso. La comedia ridiculiza y vilipendia la política española, hace aflorar tópicos manidos y requiebros del pasado para enjugar, en un encuadre folklórico, una visión retrógrada de los aspectos más deplorables de los políticos del gobierno y de la oposición.
Sinopsis: En una hipotética séptima legislatura continuada de Pepeluis, a éste le da por hacer un Pacto de Estado con Mariana Rajons que es la líder de la derecha e hija de Rajoy (La niña de Rajoy). El pacto consiste en que Pepeluis entregará sin más el Gobierno de la Moncloa a Rajons; se lo entregará sin que haya elecciones por medio. Rajons, que parece llevar varias legislaturas optando como candidata por La Moncloa, no tiene claro si aceptar el pacto, entre otras cosas porque sería el primer pacto que firmara con Pepeluis y eso de firmar pactos parece que le da repelús. Así las cosas intercede la Conferencia Episcopal a través de Monseñor Cloa, que se nos muestra como árbitro in-córpore y psicoanalista de ambos bandos.
Los actores muy bien, acordes con la "débil" fuerza dramática del tema. Destacar, eso sí, la actriz Rocío Vidal que tiene una excelente voz teatral. La dirección y el texto son de la guapísima Pilar G. Almansa.
En resumen, creo que la obra traerá cola por ciertos matices irreverentes que pudieran remover las butacas de los más sensibles, y por supuesto recomiendo acudir a verles acompañados por alguien que tenga las ideas políticas distintas, porque siempre es bueno contrastar las risas... ¡¡Ja,ja,ja!! ¡¡Je,je,je!!
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