lunes, 28 de febrero de 2011

Fumando espero

















Antoni Comas, como Amadeu Vives, en «Amadeu», montaje de Albert Boadella sobre la vida del compositor

¿Cómo. También en el teatro está prohibido que un actor fume en escena?
Debe ser una epidemia que afecta a los gobernantes. Digo la locura. Porque el teatro es, a menos que tengan que cambiarse las cosas, reflejo del mundo; de nuestro mundo.
Leo, impávido, en algunos medios que un espectador ha denunciado a los responsables del musical “Hair” porque se fuma en escena. Ítem más, que la señora ministra Pajín ha resuelto intervenir en la acción dramática sobre el escenario y afirma sin empacho: «Se producen asesinatos sin tener que matar a nadie. Hay muchas fórmulas para simular que uno fuma sin necesidad de fumar»


Es bueno que se hable de teatro, es fantástico que luzca el debate sobre esto y aquello. Es, en definitiva, la sal del espectáculo. Pero arriesgamos a ser el hazmereir de los papeles si perdmitimos que los legisladores vuelvan a las andadas con las censuras, las apostillas, reseñas y filigranas del poder. ¡Cielos. Con lo que cuesta poner en marcha un espectáculo!

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