sábado, 11 de junio de 2011

Las Gracias Mohosas




He tenido ocasión de asistir el pasado miércoles a una función de "Las gracias mohosas" en el teatro Pavón gracias a unas invitaciones que gentilmente me ha facilitado "Paspas". En estos tiempos de crisis es de agradecer la generosidad de los amigos con detalles como este, ya que de otro modo la economía no permite ciertos excesos.


Y la obra me ha gustado mucho. Entre otras cosas porque siempre es un lujo acercarse a los clásicos desde una perspectiva del SIGLO XXI para descubrir con asombro que la farsa y lo grotesco son tan actuales como hace 4 siglos.


Sinopsis
Se trata de un texto breve, donde triunfa lo disparatado, lo burlesco, la imagen de un mundo fuera de toda norma. Es, en la celebración carnavalesca, la celebración de la carne, de lo inferior, es la grotesca danza de los rijosos y borrachos tullidos con sus enmohecidas Gracias. Es la celebración donde el amor se instaura de manera transgresora, divertida, dónde los protagonistas, seis hombres, se vienen a enamorar de la misma, Aglaya, con la que se quieren casar. Pero es imposible de llevar a cabo la unión, pues tiene dos hermanas que también han de contraer matrimonio, para lo cual el padre, Baco, convoca una justa donde se han batir los pretendientes merecedores de la mano de sus hijas. Pero pronto veremos que lo mejor para todos es que se casen los seis con las tres y, así, ser felices. Lo absurdo, lo feo y lo grotesco aparecen y se desvelan como elementos presentes del mundo contemporáneo conformándose y reconociéndose en el discurso, creando así un conjunto final claro y cerrado.


Abunda lo cómico y lo hilarante, merced a lo cual el público agradece con interacción devolviendo risas, susurros y alguna que otra exclamación.

Opinión

Al entrar al patio, acomodándose en las nominales butacas ya se percibe el ambiente barroco, aromatizado sutilmente con incienso. En el escenario absolutamente negro, una custodia preside el primer plano, flanqueada por ocho cirios dispuestos para aforar la escena. La luz ayuda, y mucho, a situarse en el ambiente deprimido y voraz por el que transcurrirá toda la obra. No hay más decoración que unos asientos, y seguramente tampoco se precisa, pues el buen hacer de los actores sintetiza toda la atención necesaria. Hay que destacar lo tremendo, lo feo, lo desproporcionado, lo irreverente. Y a la vez hay que observar lo sutil, lo genial, lo que la obra trae de apólogo y didáctico. El Corpus, La Tarasca, la carne, lo lascivo, lo cruel, la ecuanimidad etc. La misma trama es, en sí, un colosal despropósito genialmente aderezado y tratado. La música acústica sirve de hilo conductor sobervio (Fantástico).

No hay comentarios: